La Ley Fundamental de Educación nos indica con claridad los fines de la educación costarricense, todos ellos aun vigentes y afines a nuestra realidad sociocultural. En la actualidad podemos encontrar en el ámbito educativo, necesidades en el desarrollo integral de los niños y las niñas de todo nivel económico y social; por lo tanto, resulta primordial poner atención a las carencias que enfrentan las diferentes instituciones educativas y plantearse objetivos a cumplir en la educación, como mencionan Gutiérrez y Daniel (1996) "la educación tiene que ser simplemente un proceso vital en donde el estudiante en forma inteligente y comprometida logra crear y recrear sentidos”.
Desafortunadamente, en muchas ocasiones encontramos educador@s que no tienen compromiso con la educación y que se dedican a cumplir su trabajo basados en un simple cumplir de temas y grados académicos por pasar, dejando de lado el significado de un saber, de una verdadera construcción de aprendizajes aportando esa capacidad de interiorizar y crear conocimientos a partir de lo ya aprendido o construido.
El trabajo curricular en una institución o jardín infantil, resulta de gran importancia ya que en él radica la posibilidad de que los niños y niñas que asisten a la educación formal sean altamente favorecidos o perjudicados en su desarrollo integral.
La integración que debe de existir en cada institución será por lo tanto enfocarse en un proceso permanente de componentes socios culturales, personales, de conocimiento y comunicación; donde el niño y niña crezca con valores, costumbres y tradiciones; donde construya su autonomía e identidad personal, siendo capaz de crear. Es decir, se pretende que ellos y ellas puedan contruir experiencias y conocimientos para su vida; de ahí que la institución y el personal educativo deberá asumir este importante y emocionante trabajo de forma responsable y comprometida.

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